Existen diferentes puntos de vista a la hora de definir los tipos de maridaje. Una posible clasificación es la siguiente:
- Maridaje por corte.
- Maridaje por semejanza.
- Maridaje por complementación.
- Maridaje por contraste.
Maridaje por corte
Las posibles propiedades sensoriales de una cerveza (maltosidad, frescor, carbonatación, amargor, etc.) pueden cortar la acidez, las notas cítricas y avinagradas, los matices picantes (intensos o suaves) y la untuosidad (grasa) de diferentes platos, limpiando la boca y no permitiendo curtir o astringir nuestro paladar.
Maridaje por semejanza
Se busca potenciar aspectos destacados del plato similares a los matices de la cerveza, buscando puentes y asociaciones en nuestras percepciones.
Platos y cervezas con elementos comunes como dulzor, acidez, tostados, afrutados, herbales, especiados, etc.
Maridaje por complementación
Platos y cervezas con elementos complementarios: tostados y terrosos, tostados y afrutados, tostados y leche, tostados y carne, ahumados y carne…Este tipo de maridaje es en el que más pueden influir los gustos personales de cada individuo, y ofrece un amplio campo de experimentación.
Maridaje por contraste
Los más complejos, ya que requieren de un mayor estudio. Por ejemplo, se puede recurrir a las reglas básicas: amargo y dulce, ácido y dulce, salado y dulce, refrescante y picante.